Fue una experiencia inolvidable, a tablero vuelto... más de 150 personas que vibraron con el rock&roll y los blues sesenteros y algunos posteriores... 
Hubo público de todas las generaciones posibles, pero lo que más llamó la atención fue un bailarín (mayorcito), que no perdió ocasión de lucir su clásico y estilizado baile... se notaba que en sus tiempos, fue un "colérico" muy enfervorizado.
El rostro de las visitas, da cuenta de lo contentas que estaban... un grupo de Natura y otro grupo de grandes amigos entre los que se encontraba una pareja de visitantes de Noruega, que nos dijeron haberlo pasado "chancho"...
En la última actuación de la noche, presentamos una gran sorpresa...
...Invitamos al escenario a un chico veinteañero, Claudio, hijo de unos grandes amigos, quien deleitó a los asistentes con canciones clásicas de Elvis... ¡no lo dejaban ir! con el típico grito: ¡una más y no huevi...mos más!, Cantó 6 canciones que fueron largamente aplaudidas... ¡su mamá Selma, su tío Carlos y su primo Noruego Johnnatan, lo disfrutaron a concho!
¡Gracias a todos los que nos acompañaron y compartieron con nosotros esas tres horas de recuerdos y nostalgia!
Los que no pudieron estar, los sentimos igual cerca y ya habrá una próxima oportunidad.
